Pero lo importante del concierto son los amigos, y sobre todo esos con los que quieres estar, toque quien toque, el mío es el gran Cueto. Creo que a partir de aquí el post está dedicado íntegramente a él. Bueno, a él y a que todos vosotros penséis en esa persona con la que disfutáis de un concierto o de una fiesta. Sí, esa persona. A veces son más de una, a veces se sustituyen, los primos, los Salinas..., es igual, jugones del directo que aman el rock en directo y la buena música, porque mala también la hay y cada vez nos la venden más. Pero también la charlotada, porque con éstos, pase lo que pase, algo pasa, un chiste mal contado, una bobada, un baile de mierder, una letra inventada, lo importante es que hay que compartirlo y suelen surgir en estos momentos porque ya hay esa complicidad que te da disfrutar de ese lugar o de ese evento. Ayer miraba a mi derecha y me encontraba con cinco mini-hombres, sí de esos que con un sordabirón con la mano abierta haces pleno, esos que no sumaban entre trodos la edad del Boss, esos mequetrefes, tarareaban las canciones comercialoides como "Dancing in the Dark" o alzaban el puño en "Born in the USA" (sin nsaber lo que significa) y se miraban extrañados cuando Nils Lofgren atacaba brutalmente el solo de "Because the Night" diciendo: "Pero, ¿esta canción no es de DJ Luchetta?" Pues, esos no son de los que hablo. Esos jamas han compartido una cinta o un vinilo, esos no se han hecho ochocientos kilómetros en menos de veinticuatro horas para ver a un grupo con apenas dos discos, y serían incapaces de planificar unas vacaciones según los festivales de verano.
Y en esas estabamos cuando comenzó el folk machacón con reminiscencias gospel de "Shackled & Drawn" y convertimos el estribillo en "Acueto y Ron", contado pierde, pero cantado gana.
Y es que hemos vivido tantos conciertos y festivales juntos que además de las bandas que seguimos con asiduidad, estamos esperando el momento en el que el otro de ese golpe de gracia, haga el parecido razonable o vacile al incauto de turno. Con o sin pase VIP, un concierto con alguien que te complementa, una fiesta con alguien con quien ries con solo una mirada es algo mágico y que pasa solamente en esos momentos, pero qué momentos Jose.
Ahora en unos días llega el Azkena, al cual no iré lamentándolo mucho, pero en una semana vamos a disfrutar en primera persona de IV Rust Fest de tributo a Neil Young y aparte del concierto con la Zimmerband sé que va a haber momentos imborrables. Los hace el lugar, los hace la música, pero los crean las personas.
Hey hey, my my
Rock and Roll will never die.
cuanta verdad... hay conciertos infumables que sólo por la compañía se recuerdan con una sonrisa y más cariño que cuando una de tus bandas de referencia toca una de tus favoritas. El concierto empieza antes de salir de casa.
ResponderEliminarQué grande, no sé cómo lo haces, pero siempre consigues sacar lo mejor de mi mismo...
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